La empresa implantó una política de “desestabilización” de sus trabajadores, según la decisión judicial
La ola de suicidios que vivió
France Télécom
entre 2007 y 2010 ha culminado una importante etapa en los tribunales
franceses. Tras varios años de investigación, la fiscalía de París ha
pedido que se procese a siete exdirectivos por presunto
acoso moral.
La obsesión por los resultados económicos llevó a la empresa a iniciar
una reestructuración con el despido de 22.000 empleados y el cambio de
14.000. Cerca de 60 se suicidaron en solo tres años. Muchos lo hicieron
en su propia oficina y dejaron cartas explicando su desesperación. La
empresa, cree la fiscalía, implantó un sistema para desestabilizar a los
empleados.
En las conclusiones de la fiscalía, recabadas el pasado 22 de junio,
esta pide al juez de instrucción que procese al expresidente Didier
Lombard. Le acusa de acoso moral a él y dos de sus máximos
colaboradores. A los otros cuatro los considera colaboradores de dicho
acoso. La mayoría de ellos sigue trabando en la empresa, aunque a un
nivel inferior, según ha informado a este periódico el delegado sindical
de la CGT Thierry Franchi.
Orange (antes France Télécom) se ha negado a valorar el fondo de la
cuestión. “Es solo una etapa más del proceso. Hay que esperar sobre todo
a la decisión del juez de instrucción, que llegará en unas semanas”, ha
comentado un portavoz a este periódico. Claudia Chemari, la abogada de
la compañía, ha asegurado a la radio France Info que todas las
argumentaciones en contra de las acusaciones están convenientemente
presentadas ante la justicia.
La decisión de la empresa de reorganizarse y aumentar sus beneficios,
tomada en 2006, fue, según todos los indicios, el detonante del drama.
Lombard estaba determinado a poner en marcha la operación y lograr la
reducción de la plantilla, que entonces era de 110.000 empleados. “Lo
haré [los despidos] de una forma u otra, por la ventana o por la
puerta”.
Sus palabras fueron trágicamente premonitorias. Algunos de los
empleados se quitaron la vida saltando desde las ventanas de sus
oficinas. A los 58 que en total se contabilizaron entre 2008, 2009 y
2010 hay que añadir decenas de tentativas y procesos de ansiedad y
depresión. Según la fiscalía, la empresa utilizó todo tipo de métodos
para desestabilizar a los empleados, además de ofrecer bonificaciones a
los cuadros que lograran más bajas. Para ello, se cambiaba
repentinamente el puesto de trabajo, se modificaban los objetivos, se
dejaba al empleado sin silla ni mesa durante semanas, se prohibía
disentir o se desvalorizaba al trabajador. Un médico de empresa, que ha
hablado de forma anónima con
Libération, asegura que los
empleados empezaron a sufrir graves procesos de ansiedad y depresión y
ha relatado estos sistemas que quebraban a los empleados.
En 2009, los sindicatos ya dieron la voz de alarma y presentaron una
denuncia contra la dirección de la empresa. Un año más tarde, la
inspección de trabajo reflejó la brutalidad de los métodos, razón por la
cual la fiscalía de París abrió una investigación por “acoso moral y
puesta en peligro de la vida de terceros”.
La alarma social por este caso fue enorme. Un empleado irrumpió en
una reunión de la empresa con un cuchillo clavado en el abdomen. Muchos
murieron defenestrados. Algunos dejaron a sus familiares cartas que
evidenciaban su desesperación.
“Este proceso va a permitir primero hacer justicia con las víctimas y
sus familias”, dice Franchi. “Va a permitir también la denuncia de
métodos de gestión inaceptables que hoy se siguen aplicando en muchas
empresas.
La dirección de la empresa cambió en 2010. Los brutales sistemas
quedaron en el olvido y en 2012 un sondeo interno indicaba que el clima
laboral se había normalizado, si bien en 2011 todavía hubo algún caso.
El más llamativo, el de un empleado que se inmoló a lo bonzo en el
párking de la oficina. A Lombard le sustituyó Stéphane Richard, exjefe
de gabinete de la entonces ministra de Economía y hoy directora del FMI
Christine Lagarde. Richard sigue al mando de la firma, hoy Orange, la
principal operadora de Francia.