La inspección de la Agencia Tributaria acusa a Seguridad Integral
Canaria de falsear la realidad y presentar como dietas -exentas
fiscalmente- conceptos salariales sujetos a retención.
Hacienda tiene claro que el propietario de Seguridad Integral Canaria, Miguel Ángel Ramírez,
ha maquillado la contabilidad de su empresa para presentar como si
fueran dietas y kilometraje -exentos fiscalmente- otros conceptos
salariales sujetos a retención y evitar así tributar por estos últimos
gastos. Así lo puso en evidencia el informe que presentó la Agencia
Tributaria ante la jueza de Las Palmas Victoria Rosell el pasado junio, ratificado la pasada semana ante la magistrada por el inspector que lo redactó.
Durante
su comparecencia judicial, el perito aseguró haber detectado que
Seguridad Integral Canaria ha estado ocultando la realidad contable y
presentando como si fueran dietas conceptos que no lo eran. En concreto,
dijo que los vigilantes han ingresado una media de 4.000 euros al año
en concepto de medias. Algunos trabajadores, asegura, han recibido más del 28% de su salario en forma de dieta, un porcentaje que se encuentra muy por encima de la media de las empresas del sector, que se sitúa entre el 2,8 y el 3%.
Ha
habido casos excepcionales, explicó el técnico, en los que un solo
empleado -doblando turnos- ha llegado a cobrar más de 20.000 e incluso hasta 40.000 euros en forma de dietas al año,
unas cantidades absolutamente "estratosféricas" en comparación con el
resto de compañías de seguridad. El inspector de Hacienda llegó a esta
conclusión después de realizar un estudio comparado entre todas las
empresas del sector. Según indicó ante la jueza Rosell, Seguridad
Integral Canaria no ha explicado aún esa marcada diferencia entre las
dietas que ha venido pagando hasta ahora en su empresa y las que se han
abonado en el resto de empresas.
El perito, que descartó tajantemente que haya habido un fraude
generalizado de los trabajadores, aseguró durante su declaración que
nada justifica que Seguridad Integral Canaria abonara esas dietas tan
elevadas respecto al resto del sector. Parece bastante "claro y obvio",
afirmó el experto de Hacienda, que la mercantil ha tratado de ocultar la
realidad.
Y según el técnico, no solo en este asunto de las
dietas, sino también en las indemnizaciones por despido. Muchos de los
trabajadores a los que la empresa ha dicho que había despedido luego se
ha comprobado que, según los datos de la propia compañía, siguen
trabajando en la sociedad en los ejercicios posteriores, afirmó el
inspector de la Agencia Tributaria.
El informe elaborado por el
perito y entregado a la jueza el pasado 15 de junio aseguraba que la
empresa de Ramírez ha defraudado nueve millones de euros a Hacienda y 12
millones más a la Seguridad Social por las citadas trampas contables
desde 2009.
Los denunciantes, encabezados por el secretario general de la Federación de Seguridad Privada de la Unión Sindical Obrera, Antonio Duarte,
han solicitado una ampliación de la querella a todas las empresas del
conglomerado presidido por Ramírez así como la prisión provisional para
el propietario del grupo con un millón de euros de fianza. La jueza
Rosell aún no se ha pronunciado sobre esta iniciativa de los
denunciantes.
La empresa de Ramírez tiene adjudicada actualmente
la vigilancia de instalaciones públicas como el Ministerio de Defensa,
el Metro de Madrid, la Tesorería General de la Seguridad Social o el
Palacio Real, contratos que en total superan los 100 millones de euros.
El empresario fue indultado por el Gobierno tras ser condenado a tres
años de prisión por la ejecución de obras ilegales, medida de gracia que
generó notable polémica -a pesar de que posteriormente fue revocada por el Supremo- debido a la relación de amistad que Ramírez mantiene con el ministro de Industria, José Manuel Soria.
Pero la batalla judicial no se libra únicamente entre dos partes. Durante las últimas semanas, la fiscala del caso -Evangelina Ríos-
y la magistrada han tenido más que palabras en relación con el proceso
que mantiene imputado a Ramírez. En concreto, la representante del
Ministerio Público ha interpuesto una queja ante el Consejo General del
Poder Judicial que acusaba a la instructora de ralentizar la
investigación.
La jueza, por su parte, ha elevado otro recurso
ante la Fiscalía General del Estado para protestar por la actitud de la
fiscala durante la instrucción judicial. Ambas quejas, sin embargo, han
sido ya archivadas por los dos organismos superiores.
FUENTE: ELCONFIDENCIAL.COM
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